Existe una evidente relación causal entre la PA (presión arterial) y la ingesta de sal, pues el consumo excesivo de esta puede contribuir al desarrollo de hipertensión arterial (HTA) resistente.
En muchos países el consumo habitual de sal suele ser de 9-12 g/día, y se ha demostrado que la reducción del consumo a 5 g/día tiene un efecto reductor de la PAS (presión arterial sistólica) moderada (1-2 mmHg) en individuos normotensos y algo más pronunciado en hipertensos (4-5 mmHg), `por ello se recomienda a la población general una ingesta diaria de 5-6 g de sal.
El efecto de la restricción de sodio es mayor en personas de raza negra, personas mayores y en individuos con DM (Diabetes Mellitus), síndrome metabólico o ERC, y la restricción de sal puede reducir el número y dosis de fármacos antihipertensivos.