La anemia se define por la cantidad de hemoglobina, que es
la proteína que hay en el interior de los glóbulos rojos.
La hemoglobina es quien transporta el oxígeno del pulmón a
los tejidos y el anhídrido carbónico en sentido contrario. Existe anemia en
adultos cuando la hemoglobina es inferior a 12gr/dl en las mujeres y a
13,5gr/dl en los hombres.
La anemia produce cansancio, reduce la tolerancia al
ejercicio, aumenta el número de latidos cardíacos, produce piel pálida y
algunas veces amarillenta, etc. La
intensidad de estos síntomas depende del nivel de hemoglobina, pero también de
la velocidad de instauración de la anemia, de forma que las anemias de
instauración lenta producen pocos síntomas.
La falta de hierro es la causa más frecuente de anemia. La
principal causa de la mayoría de anemias por falta de hierro (Anemias
Ferropénicas) es la pérdida de glóbulos rojos (hemorragias). Estas hemorragias
se producen sobre todo en el aparato digestivo por úlceras, pólipos, etc. y en las mujeres durante su vida fértil por
pérdidas ginecológicas o menstruación. También se puede dar una mala absorción
del hierro, salvo en personas con intolerancia al gluten.